Varios
días más tarde, la pieza teatral le
fue enviada a la duquesa, y una semana
después Anna Amalia le escribió esta
carta a su primo, el príncipe del
vecino estado:
“Querido
primo:
Tenemos
ya en las puertas la entrañable fiesta
que celebra todo el orbe cristiano,
tiempo de meditación y generosidad,
tiempo de oración, tiempo de perdón,
tiempo, en suma, de buenos deseos
para conmemorar como se merece, el
nacimiento del Salvador, que no vino
a este mundo en un palacio sino en
un humilde establo, como todos sabemos,
por tanto os envío mis mejores votos
por vuestra felicidad, la de vuestra
querida familia y la de vuestros súbditos
que tienen la dicha infinita de que
seáis su gobernante, un soberano justo
y sabio.
En
esta época bendita, quisiera yo relataros
una historia singular que merece ser
tenida en cuenta por príncipe tan
comprensivo como vos, se trata de
cierto poeta que cumple reclusión
a la espera de juicio, en la fortaleza
de Wolkenbruch. Supongo que ya sabéis
de quien os hablo, pues, en efecto,
de él se trata, de Wilhelm von Reisenbach.
Sé
que mientras los tribunales estudian
su caso, al parecer se le acusa de
conspiración, también circula un rumor
infundado acerca de que se dedicó
a realizar prácticas de sodomía con
su criado, en la prisión. Pues bien,
primo mío, el bulo es una calumnia
perversa para desacreditarlo aún más,
ya que el poeta es inocente de este
cargo; no hubo tal criado, fue su
esposa, una muchacha muy joven, la
que ocupando el lugar del sirviente,
se introdujo con él en Wolkenbruch,
de ahí el malentendido y el posterior
escándalo que ha llegado a oídos de
todos, distorsionado.
Von
Reisenbach no es culpable de este
delito, y, sin embargo, pena doblemente
por semejante causa en la fortaleza,
ya que todos sabemos que se halla
incomunicado en el calabozo llevando
una existencia muy precaria.
Querido
primo, ¿puedo esperar de vuestra justicia,
que dictéis las órdenes necesarias
para que tal calumnia sea borrada
de los cargos contra el poeta?
No
os rogaría tal de no estar cierta
de la historia que me contó su esposa,
a la cual el azar hizo de intermediario
para que conociese, y a quien creo,
y como no podéis ignorar que difícilmente
puede engañárseme, tendréis que convenir
conmigo que cuanto os acabo de relatar
es cierto.
Me
sería muy grato recibir, como regalo
de Navidad, la noticia de que Wilhelm
von Reisenbach ha visto limpio su
nombre de tan vil infundio, siéndole
levantada la pena de incomunicación
que sobre él pesa.
Vuestra
muy afectuosa prima
Anna
Amalia ”
Y
el príncipe respondió:
“Querida
prima:
Me
basta vuestra palabra para creer que
Wilhelm von Reisenbach, no cometió
nunca tan nefando pecado contra natura,
y puesto que es de justicia que su
nombre quede limpio de la deshonrosa
calumnia, limpio quedará, os lo aseguro,
aunque un bulo, cuando empieza a circular
es difícil de ser acallado, pero Nos
haremos lo posible para que esto suceda.
Y
os haremos también ese otro regalo
de Navidad que deseáis: Wilhelm von
Reisenbach ya no estará incomunicado
en Wolkenbruch. ¿Quedáis satisfecha?
Espero
haberos complacido, y que estos días
santos, de paz y de amor, os otorguen
sus bendiciones.
Vuestro
primo
...
”
Anna
Amalia sonrió satisfecha al recibo
de aquella misiva, pero no le dijo
a Liesel nada a su respecto ya que
la muchacha vivía en una feliz ignorancia
de lo que se murmuraba acerca de su
marido, ahora, a monsieur Dorigny
sí que le hizo llegar la noticia,
nueva que llenó de alegría al escultor
por lo que significaba para el prisionero,
y esto le dio una idea, la de ir a
visitarle, sin Liesel, por supuesto,
ya que en invierno las nevadas no
favorecían el viaje de una embarazada.
Visitarle,
¿para qué?, pues para comprobar su
situación en la fortaleza y ver que
podía hacer en su favor al ser testigo
del trato que se le daba, mas también
había otro motivo: Philippe-Lucien
Dorigny quería revelarle al poeta
que Liesel esperaba un hijo, ya que
temía que otro tipo de rumores se
propalase ahora y eso no podía permitirse.
Sigue...