Me gustaría saber
a que ideólogo se le ocurriría la brillante
idea de utilizar los cereales como combustible.
Teniendo en cuenta que las
bolsas de petróleo que hay en la Tierra se formaron
en un lento proceso que llevó millones de años,
sorprende, por no decir aterra, el comprobar que, a pesar
de los pesares, no son eternas. Ignoro la fecha exacta en
que estos filones petrolíferos comenzaron a sembrar
campos y más campos con sus torres metálicas,
pero si empezamos a contar desde su entrada en escena hasta
nuestros días, veremos que no han transcurrido muchos
años, ni miles ni millones, para que esas bolsas
amenacen seriamente con su agotamiento al margen de hipotéticos
factores naturales que por supuesto no se dan, agotamiento
que sí tiene que ver con su explotación acelerada
por el ser humano cuya ingerencia es decisiva; circunstancia
que nadie ignora.
Durante siglos el hombre
vivió sin explotar masivamente los yacimientos petrolíferos,
de los que por otra parte muy poco sabía, y hemos
llegado al día de hoy, o, mejor dicho, al día
de anteayer, en el cual el petróleo empezó
a dar muestras de que no es eterno, y ello por una razón
primordial: el consumo abusivo que se ha hecho de él.
Sin embargo éste no
es el verdadero problema porque alguna vez, tarde o temprano,
era de esperar que sucediese; el verdadero problema radica
en cómo y con qué substituirlo, no porque
contamine, ya que eso poco importa a quienes debería,
no porque sea origen de guerras, lo que importa menos aún,
sino en buscarle alternativas para que el mundo no se detenga
como si el planeta pudiera detenerse por eso.
Y tales alternativas existen
si se piensa de una manera lógica e inteligente:
la energía solar, por ejemplo, es una de ellas, la
hidráulica, la eólica, y si al transporte
nos referimos pueden encontrarse soluciones que tengan que
ver con baterías que se carguen por esos medios,
pero, nunca, coger la comida alegremente para convertirla
en combustible; los cereales son el pan de la humanidad
en una pirámide que comienza en los campos de cultivo,
continúa con el alimento de los animales y culmina
con el de las personas.
Si convertimos los cereales
en un complemento de la gasolina -el llamado biocombustible-,
no habrá campos de cultivo suficientes en la Tierra,
aunque talen todos los árboles con lo que ello implica,
sequía, desertización, etc., etc., para cubrir
la demanda, habida cuenta de que la población también
tiene que alimentarse y de que son muchos miles de millones
de bocas las que reclaman ese derecho, a menos que ahora
se nos empiece a decir que los cereales siempre fueron tóxicos
para la salud y que afortunadamente nos hemos dado cuenta
a tiempo.
¿Tanto cuesta tener
sentido común?
Hubo una vez un rey llamado
Midas que pidió a los dioses el don de convertir
en oro todo cuanto tocase, todo, y los dioses se lo otorgaron...
Entonces escarmentó, pero demasiado tarde.