DICIEMBRE
22 DEL 2012 ¿EL FIN DEL MUNDO O EL FIN
DE UN MUNDO?
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La fecha
exacta es la del 22 de diciembre y no la del 21 como
se viene anunciando. Según las profecías
aztecas y mayas, ese día tendrá lugar
un gran cambio en la conciencia de nuestro planeta y
entraremos en la era del Sexto Sol, advenimiento que
nos hará diferentes al haber ingresado en un
nuevo amanecer, que, según se afirma, nos traerá
la paz y el bienestar espirituales, nos hará
diferentes y mejores apartándonos del materialismo
y de todos los condicionamientos egoístas que
desde hace siglos vienen rigiéndonos, lo que
se dice un cambio de conciencia global, o, en otros
términos, de una revolución como la humanidad
no la ha conocido jamás. ¿Utopía,
cuento de hadas, una errónea predicción
más? El 22 de diciembre de este año lo
sabremos y justo el día de la lotería
de Navidad, lo que no deja de ser simbólico si
tenemos en cuenta que este anunciado cambio lucha contra
el materialismo secular.
Siempre,
cualquier tipo de predicción a largo plazo ha
ilusionado, o atemorizado, según sus augurios,
a la humanidad, y en este caso no iba a ser distinto,
mas lo importante de la cuestión, la diferencia
que la separa de las otras, es el factor científico,
que, y no por su propia voluntad, viene de alguna manera
a respaldarla.
Empecemos
por orden haciendo un poquitín de historia.
La génesis
de la profecía tiene su inicio entre los aztecas
y los mayas, adoradores del sol que para ellos era el
centro del universo. Grandes matemáticos a quienes
una enorme precariedad de medios no coartó sus
importantísimos descubrimientos astronómicos.
Comprobados siglos más tarde muchos de sus hallazgos
científicos, siguen maravillando a los astrofísicos.
Por ejemplo, descubrieron que el sol tiene una pulsación
o latido, exacto al del corazón humano y esto
que a ojo nos puede parecer una insensatez, ha sido
confirmado, no hace muchos años, por los investigadores
cuando aztecas y mayas lo sabían desde hace siglos.
Para ellos el sol era un dios y el corazón de
nuestro sistema solar, de ahí su terror de que
un día cesara de latir, causa y motivo de crueles
sacrificios como nadie ignora.
Este
sol tan reverenciado marcó su tiempo dividiéndolo
en ciclos de cinco mil doscientos años, cada
uno de los cuales fue denominado por el calificativo
de su destrucción.
El primero
fue el Sol de Agua, y coincide con nuestro Diluvio universal,
el segundo el Sol de Aire que concluyó entre
tempestades y huracanes, el tercero fue el Sol de Fuego,
y todo acabó entre erupciones volcánicas,
el cuarto fue el Sol de Tierra que finiquitó
con terremotos y hambrunas, el quinto es el Sol de Maíz,
que concluirá oficialmente el 21 de diciembre
según las tradiciones, y augura un final apocalíptico,
envuelto en guerras y epidemias, sin comentarios. Luego
vendrá es Sexto Sol.
El Sexto
Sol es el que tendremos ocasión de conocer a
partir del 22 de diciembre, y según las profecías
anuncia la liberación de la humanidad en un nuevo
amanecer.
¿Qué
clase de amanecer?, porque el concepto "nuevo amanecer"
puede ser muy subjetivo, según las creencias
de esas culturas, los dioses trabajan de noche y es
al amanecer cuando el resultado de esta labor cristaliza,
¿para bien o para mal de la humanidad?, que lo
mismo puede ser premiada que castigada.
Al no
ser ni aztecas ni mayas se nos escapa el sentido del
desenlace y nuestro irreductible optimismo, o tal vez
el miedo, nos empuja a verlo todo de color de rosa.
Sin embargo no pretendo ser catastrofista, especulo
como hacemos todos. ¿El advenimiento de una nueva
Arcadia?, soy escéptica por naturaleza pero en
esta ocasión quiero dejar un margen a la esperanza,
empezando porque los hechos de los últimos años
así parecen indicarlo.
Todo
comenzó con Stéphane Hessel y su "Indignaos",
que removió conciencias y la estela se extendió
como un reguero de pólvora, después vino
el 15-M, auspiciado por la Primavera Árabe, y
ahora con el Sexto Sol en puertas, los científicos
nos hablan de lo que le está sucediendo al sol
en la actualidad, efervescencia ya anunciada por los
antiguos aztecas y mayas a través de sus sorprendentes
cálculos.
Nuestro
sol está pasando por una etapa de gran actividad
a base de explosiones solares un poco desacostumbradas
por lo continuadas y espectaculares, que tienen su eco
en la Tierra con temblores, terremotos, tempestades,
inundaciones y toda clase de fenómenos meteorológicos
que de un tiempo a esta parte vamos constatando a través
de la prensa, lo último el deshielo de Groenlandia
en cuatro escasos días, y todo esto quiere decir
algo por más que nos obstinemos en mirar para
otro lado.
Es de
siempre sabido que la actividad solar desusada suele
incidir en el ser humano alterando su conducta, un efecto
que no dejamos de observar en los dirigentes de las
naciones mundiales quienes últimamente parecen
andar bastante desorientados en su nodo de entender
cómo puede arreglarse una crisis económica
internacional tal cual la estamos viviendo. A mí
me parece que los árboles no les dejan ver el
bosque debido a las erupciones solares y ello crea un
malestar que se traduce en movimientos de masas cada
vez más multitudinarios y reivindicativos; si
la Tierra se halla alterada a nivel geológico,
¿por qué no la humanidad entera en otro
orden de cosas?; no somos ni volcanes ni huracanes,
pero nuestro poder destructivo es infinitamente mayor,
aunque no nos demos cuenta.
¿Este
será el Gran Amanecer, el regalo del Sexto Sol?,
¿cambiaremos para mejor? La incógnita
tiene una fecha señalada: 22 de diciembre del
2012 y, mientras, leamos, escuchemos, veamos y acordémonos
de Asimov y de todos los escritores de ciencia-ficción
casi siempre sabios y casi siempre acertados en sus
predicciones novelísticas de un futuro desconocido,
y recordémosles por la sencilla razón
de que una parte de la profecía que nos habla
del Sexto Sol dice lo siguiente en un lenguaje que no
nos es desconocido debido a la herencia literaria recibida:
El 22
de Diciembre de 2012 el Sol recibirá un rayo
sincronizador del centro de la galaxia con el que la
humanidad iniciará un nuevo ciclo galáctico.
Como consecuencia de dicho rayo, iniciará el
fin del mundo de materialismo y destrucción en
que vivimos e iniciará una nueva etapa de respeto
y armonía. Antes de ese día, la humanidad
deberá optar entre desaparecer como especie pensante
que atenta contra el planeta o evolucionar hacia una
nueva Era de integración con el resto del Universo.
(El presente
artículo se ha documentado en fuentes veraces
que están incluidas en el archivo personal de
la autora, y el párrafo anterior, resaltado,
pertenece a la Gran Profecía Maya, en su segundo
apartado).
©
Estrella Cardona Gamio, 29.8.2012
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